Con cerebro de escritor y corazón de taxista, alma intocable, situaciones enterradas. Un amor que no llega, un crecer que no pasa, un caminar que no desemboca en ninguna ciudad. Negación y realismo, nos metimos en un libro sin idioma, sin palabras ni dibujos.
Dame tu mano y déjame dormir por siempre, duerme conmigo hasta despertar en el lugar que ambos conocemos y nunca hemos visitado, el lugar que siempre soñamos y nunca hemos visitado.
Dormiré con mi brazo extendido, casi muerto, esperándote... Sé que vendrás, lo prometiste.
El cielo es un reflejo de lo que se encuentra abajo, nadie mira el pasto para recordar su mejor vida. El cielo guarda todas esas historias y más, que hoy no te acuerdas pero mañana te serán imprescindibles para seguir de pie. Por eso borra lo que quieras de tu vida, pero no borres tu cielo, ni borres tus sueños...
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