Saber ser.

Debemos saber ver, y debemos conocer.

No es egoísta quien no es bondadoso

No es egocéntrico quien carece de humildad

No somos ni seremos lo que la gente diga y vea

Ni somos ni seremos lo que nosotros podemos ver

y menos lo que podamos decir.

¿Que seremos entonces, cierto?

Confiare de quien viva, sólo viva.

Quien mas haga y menos diga.

Preocupado por vivir y solo por vivir.

Siendo y queriendo, siendo y odiando.

Porque el odio es tan, o mas necesario que el querer.

¿Como saber querer, si no sabemos odiar?

Bien no sé que soy, quien eres, ni lo que fuimos.

Podría vivir buscando una respuesta, convincente

Pero mas me vale la intuición, mas dejarme llevar.

No sé quien soy, ni quien eres, 

Solo se que no podría odiarte, no ahora.

Y esa repulsión, al odio que quisiera tenerte,

Es la que me lleva a amarte, tal vez.

No se quien soy, ni quien eres,

No se que fuimos, Solo se lo que somos.

Música para mis ojos.

No existía paisaje mas hermoso, te miraba a vos, lo escuchaba a el. Buscaba en tus manos aceptación, en tu boca una sonrisa que me reconforte pensando que estas bien.
No se como, ni porqué pero fuimos, hasta el día de hoy trato descifrar un cómo, un porqué, aunque sea ficticio, todo me resulta tan extraño, tan sospechoso.
Las verdaderas obras de arte caminan en la cuerda floja, al filo de la navaja, en la cresta de la ola, temiendo el fracaso, buscando el estrellato. Un camino incierto incaminable, eso eras vos y hasta el dia de hoy, sos. Pero mas aún lo fuiste aquella noche, tan dulce y tan amarga, tan sensible y despechada.
Todavía sigo queriendo descifrarte, lo cual desconozco si es bueno, si es malo, pero es un enigma que camina en mi cabeza, y que no logro, silenciosamente, conseguir la verdad.

En cada rincón

En un soplo, minucioso, entraste por aquel agujero abierto, abierto de dolor en busca esperanzada.
Descarté todo indicio que me haga pensar que no me quieres, que no soy para ti, si es que aquello del único amor existiese.
Revivo sin querer, en la muerte de mi adolescencia, sus inicios. Donde tan inocente no sabía moverme, no sabía hablar y todo fluía dolorosamente. Escasos años pasaron y parece que me he olvidado lo que es querer, lo que es amar, lo que es odiar... o tal vez, o tal vez nunca quise, nunca amé, nunca odié. Hoy parece debo enfrentarme a esas cosas, nuevamente o por prima vez, no lo sé, tal vez muera sin saberlo.
Solo sé que me importas, y es motivo suficiente para narrar artificialmente una historia. Me duermo pensando, me despierto soñando, en vos. Donde quiera que mire puede verte, imaginarte, como un cuadro perfecto.

Armonía...

Lluvia intensa, relámpagos, rayos lejanos que no dañaron... Y mas lluvia; Buenos Aires sobre el arca de Noe titubeaba...
Inundación, desesperación, electricidad, muerte, muchas muertes y no se porqué no me sorprende, o me sorprende pero no me llama la atención, no me preocupa. Tal vez porque no lo viví de cerca, por suerte, pero creo que pasa mas por otro lado...
Toda esa gente que hoy no esta, seguramente ha vivido y ha aportado su granito de arena para que el mundo este como está, destruido, otros no han vivido tanto pero no tengo duda que crecerán para seguir destruyendo la vida ajena como cada ser humano que pisa este planeta.
Todo este ser humano adquiere un poder desde que nace, creyéndolo superior en este planeta, que es eso lo que me indigna, la superioridad simbólica y falsa del ser humano. Los mismos que crean vidas las destruyen, las propias o ajenas. Nacemos con un egoísmo que trato de evitar en mi camino.
No esperes que sean buenos contigo, si no son buenos cada uno con si mismo...