Eso será la vida, que te pone un fin personal que alcanzar, y a su vez, una linda canción para tocar. No sabes como, ni que instrumento agarrar, no sabes leer las partituras de esos ojos, y te vas dejando llevar por esa canción que aún no conoces y, sin darte cuenta, tu vida cuelga ligera sobre tu espalda.
Te enamoraste sordamente de una cancion, te enamoraste ciegamente de un libro, te enamoraste sin labios de sus besos.
Veinticuatro horas pasan entre canción y canción, cambiando como un horizonte incierto que por incierto es inalcanzable.
En tu cabeza una rocola con mas curvas que botones, mas sentimientos que canciones... Las mismas que suenan en tus sueños, las mismas que dibujan tu paisaje. Te levantas pisando cada tecla de una composición única, que mañana al despertarte, sera otra.
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