Vivimos en un cielo rojizo, donde el horizonte no existe , donde los limites lo ponen nuestra propia culpa por estar juntos. Su color sensible a los remordimientos del amor, nos baña en un mar de lágrimas desahogando toda pena y todo mal. Intentamos descubrir el arcano mundo desértico, eso llamado infierno, que no es mas que un límite a nuestros errores, una barrera segura y nosotros sin saberlo llegamos hasta allí sin siquiera merecerlo.
Armamos nuestro propio puente hacia la decadencia y hacia el dolor. Intentamos pasar toda prueba que nos puso la vida, con tal de que nos vuelva a elevar para ver todo desde arriba. Me rendí tan facilmente que el mundo me castigó, y agonizando fui un espectador de tu vuelta al cielo.Hoy lucís como una estrella nueva, resaltando tu sonrisa junto a la luna , y a mi , mas nada me queda que admirarte desde acá y recordar que esa estrella alguna vez tuvo mi nombre a su lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario