Páginas de Sangre

Hijo del rigor que a la felicidad has despreciado, que a la triste agonía solo has llegado. Tuviste la felicidad plena en tus manos, tan fácil y tan sencillo como te lo podía ofrecer el amor, como una hoja lo arrugaste y lo arrojaste creyendo que no te haría falta, que la felicidad pasaba por otro lado. Hoy revuelves la ciudad en busca de ese papel, el diploma que te aseguraría la felicidad eterna.
Por tus desgracias que no son mas que por tu culpa, ya no crees en el cielo, no crees en el amor, no crees en la vida ni en la felicidad. Ya no quieres ver todo como un mundo fantástico lleno de posibilidades. Pero de tanto prevenir te estas olvidando de vivir, de tanto filtrar rayos de sol no tuviste la precausión de que una nube tan suspicaz era capaz de escapar de su cielo para entrar en tu mundo.
Tu paisaje se hizo noche por tu culpa nuevamente, las nubes lloran al ver el dolor de tu planeta y tu paisaje, tu paisaje se inunda en un océano derramado por las culpas y dolores que has provocado en el país del que te escapaste, que dejaste con las puertas abiertas a la deriva de cualquier alma inservible y maliciosa.
Hoy ya no vives en un mundo, ni en un país, pues todo has destruido y reducido. Hoy abriste la tapa del frasco que te contenía mejor que nadie, que te abrazaba con sus alas como una mariposa en su mas tierna hora. Te escapaste y recorriste una biblioteca de recuerdos, paginas de dolor, paginas de alegría, y entre tantas hojas soñadoras, encontraste el peor y mejor recuerdo de tu triste vida, aquel papel que sin conciencia habías tirado, te ha vigilado desde siempre y hoy se interpuso en tu vida ofreciéndote otra oportunidad.