Cuando pensaba que mi vida era perfecta, creyendo conocer la felicidad, la tristeza agonica, el dolor y las alegrias, me topé con la señora felicidad en este mundo tan pequeño. Te has hecho esperar, te has hecho rogar, te has escondido entre sentimientos minusculos para que nadie te reconozca. Y, conocerte, creo que fue el mayor error de mi vida, de haberlo sabido te hubiera esquivado, si bien lo que me ofreciste fue bueno, ya sabías que no iba a ser eterno. Y de la mano de la felicidad vendria la tristeza, el sentimiento que ha pisado mas fuerte en todo mi cuerpo, dejando secuelas a lo largo de toda esta vida, bien para aprender y formarme como hoy soy.
Habia tantas maneras de presentarme la felicidad, no era necesario que dependa de otro cuerpo, de compartir un amor y compartir un dolor.
Cavaste un pozo en un segundo tal que no lo viera y cayera en tu trampa igual, domaste una mariposa tan pequeña tal que no lo viera y se metiera en mi cuerpo igual. Tan rapido como eso, tambien me has desconectado el corazon, ya no hay porque reir, ya no hay porque vivir.
Me he encargado de complementarme a mi mismo, para ya no buscar mas la otra mitad que Zeus separó de mi como mi alma gemela.
He caido tan bajo que toque la luna, salté tan alto que atravesé el mundo, soplé tan fuerte que despejé mi cielo de nubes para poder bien, observar lo lindo de las estrellas. Luego desperté y la luna seguía arriba, al suelo abajo y las nubes tan lejos como inmovibles.
Me sumergí en un mar de preguntas que, en cuestion de segundos tenía que arriesgar o morir con la incerteza de la vida.
Algo tenía que hacer, el arcoiris no es mas que nuestra propia imaginación para verle algo lindo a lo triste de la lluvia, y otra vez... volví a despertar
No hay comentarios:
Publicar un comentario