Nunca creí ser tan vulnerable a esta tristeza que me mata de
a poco. Nunca creí ser tan sensible al pasado que me revuelve la cabeza. Nunca creí
ser tan culpable de la nostalgia que me consumiría de a poco.
Nunca creí recordar todo aquello que con vos había vivido.
No había soñado nunca mas con esa estrella que unía nuestros seres con mirarla
solamente. No había chocado mas con aquel inocente auto que parecería ser solo
nuestro, que nos transportaría a donde quisiéramos por el simple hecho de estar
juntos.
A menos de un mes de la gloria que nunca existió, a cinco de
lo que nunca terminó.
Sumergidos en un eterno vaso nos ahogamos sin pensar, sin
dejar de amar intentamos viajar, viajar en el tiempo tantas veces como podamos
para ser felices, dándonos ambos, otra oportunidad que nunca triunfaría.
Pero tantos nos habíamos querido, tanto nos quedaría por
sufrir y tanto nos queda, que este camino se iba achicando cada vez mas,
haciendo de el un camino no mas para dos. Algo había que sacrificar, nuestras
lagrimas y risas, se habrían de matar.
Nuestros cinco minutos se disolvieron en el aire, nuestra
vida siempre supo ser inestable. Abrimos una ventana y escapamos ambos sin saberlo que terminaríamos en el mismo lugar, juntos al destino. Volví a escapar y cerré la ventana, te he dejado adentro como un lindo recuerdo que me inspira escribiendo. A la fuerza has escapado y me has buscado, he corrido y me encerrado yo, esta vez yo, sin nadie mas que me ame, sin la necesidad de vivir en esta tormenta, buscando la felicidad en ojos que aun no conozco.
Ya no quiero vivir así, en la cumbre de un tornado girando sobre lo mismo día y noche, viendo como todo se destruye de a poco y no poder hacer nada, por mi, por ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario